domingo, 4 de octubre de 2009

El cerdo Ibérico...

Hoy vamos a hablar del cerdo ibérico urbano. Una especie de nueva aparición sobre la península y que a falta de predadores naturales se extiende con facilidad sobre el asfalto alcanzando cañadas y algunas praderas que estén cercanas a zonas de población y de fácil acceso para los vehículos automóviles. Sus desplazamientos son cortos y prefieren las zonas mal iluminadas y tranquilas de calles solitarias en los núcleos de población. Suelen aparecer al anochecer y casi siempre son el macho y la hembra a bordo de un vehículo con las lunetas traseras tintadas, en este habitáculo y cuando ya ha caído la noche comienzan los primeros escarceos con el subsiguiente sonido y movimiento del vehículo si este no tiene la amortiguación en buen estado. Después del apareamiento y como una nueva forma de marcar el territorio, la hembra arroja los pañuelos de papel usados por una ventanilla y el macho el preservativo por la otra, casi siempre acompañados con una lluvia de objetos variopintos, botes de refrescos y vasos y envases de papel de comida rápida comprada sin salir del coche. Sería conveniente que los guardas oficiales espanten a los ejemplares de esta nueva especie antes de que los vecinos organicen batidas de caza incontroladas. Angelmartínez

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Arturo Barea. La forja de un rebelde

Estoy sobre una piedra pulida por millones de gotas de agua de lluvia; pulida como un cráneo pelado. Es una piedra blancuzca llena de poros. Arde con el sol y suda con la humedad. Enfrente de mí, a treinta metros escasos, está la vieja higuera, con sus raíces retorcidas como venas de abuelo robusto, con sus ramas contorsionadas, repletas de hojas carnosas, tréboles carcomidos. Al otro lado del arroyo, salvando el barranco, trepando cuesta arriba, están los restos de la kábila. Hace meses era un grupo de chozas de paja. Dentro, esterillas de paja trenzada. Una en la puerta, para dejar las babuchas al entrar. Otra dentro, para agruparse en cuclillas alrededor de las tazas de té. Otras más largas, adosadas a la pared, para dormir. La kábila era chozas de paja y esterillas de paja. El pan era tortas chamuscadas, cocidas sobre piedras calientes, hecho con el grano machacado entre piedras, barbudas de pajas enhiestas requemadas. Cuando coméis este pan, los pelos agudos de la hierba seca del trigo se os agarran al fondo de la garganta y os muerden allí con sus mil dientes. La kábila despertaba en las montañas con el sol. Los hombres salían de las chozas apaleando el borriquillo mísero. Montaban en él y sus babuchas lamían la tierra. Tan pequeño era el burro. La mujer salía detrás, cargada, siempre cargada. Iban los tres a las tierras más llanas de la ladera y el hombre desmontaba; la mujer descargaba de sus hombros el primitivo arado de madera y uncía el burro al arado. Después, mansa, se uncía ella; y el hombre revisaba los nudos del atalaje del burro y de la mujer; empuñaba el arado, y la mujer y el burro marchaban a compás, lentos. El burro tirando de las cuerdas con su collarón sobre el cuello desollado, la mujer tirando de la cuerda cruzada sobre sus pechos fláccidos. Lentos los dos, clavando en tierra los pies, doblando las rodillas en el esfuerzo. ARTURO BAREA. LA FORJA DE UN REBELDE

martes, 3 de marzo de 2009

abriendo fosas para enterrar arroyos

Los planes generales de ordenación urbana a veces sirven para desordenar espacios con características medioambientales propias y y que han tardado años o siglos en conseguirse, tal es el caso del cauce del Arroyo del Espino a su paso por la zona noreste de Colmenar Viejo.Ya Fadesa eliminó el Alto de Mora y luego huyó, y ahora le toca el turno al cauce del arroyo. Adios a las parejas de patos y de gallinas de agua que todos los años anidaban y criaban con seguridad en esas aguas. Me despido de las setas y de los cantos de los jilgueros. Adios a esas agrupaciones de cigüeñas que se reunían para "machacar el ajo" y cortejarse, y adios a la estática imagen suspendida en el aire de los cernícalos que aquí tenían uno de sus cazaderos favoritos. Pasaremos de las suaves praderas de hierba a las escombreras en un pis pas. ¿Tan alto es el índice de natalidad en este pueblo? ¿tanto necesitamos crecer? ¿No existe otra forma de financiación de los Ayuntamientos que no sea la de desarrollar planes generales cada dos por tres?